San Judas Tadeo estaba íntimamente relacionado con
nuestro Señor por su parentesco con San Joaquín y Santa Ana, padres de la Santísima Virgen.
Cuando nuestro Señor regresó de Judea a Nazaret,
comenzó a enseñar en la sinagoga.
La gente que le oían estaban asombradas y decían:
"¿De dónde le ha llegado tanta sabiduría y ese
poder de hacer milagros?
¿No es el hijo del carpintero?
¿No se llama su madre María y sus hermanos
Santiago, José, Simón y Judas?"
La palabra "hermanos" en hebreo
comúnmente significa un pariente próximo.
El padre de San Judas era Cleofás. El nombre de su
madre era María, que era pariente próxima de la Virgen Santísima.
Ella también permaneció junto a la
Cruz cuando murió nuestro Señor Jesucristo.
"Cerca de la cruz de Jesús estaban su madre, y
la hermana de su madre , María, esposa de Cleofás, y María Magdalena" (Jn
19,25). Durante su adolescencia y juventud, Judas fué compañero de Jesús.
Cuando Jesús comenzó su vida pública, Judas dejó
todo por seguirle. A San Judas se le llama Tadeo para diferenciarlo de Judas
Iscariote que fue el que vendió a Jesús.
En la noche de la Última Cena le preguntó a Jesús:
"¿Por qué revelas tus secretos a nosotros y no al mundo?". Jesús le
respondió que esto se debía a que ellos lo amaban a Él y cumplían sus mandatos
y que a quien lo ama y obedece, vienen el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo y
forman habitación en su alma (Jn. 14, 22). Como Apóstol, trabajó con gran celo
por la conversión de los paganos.
Fue misionero por toda la Mesopotamia durante
diez años. Regresó a Jerusalén para el Concilio de los Apóstoles. Después se
unió a Simón en Libia, donde los dos Apóstoles predicaron el Evangelio a los
habitantes de aquel país. Refiere la tradición que San Judas y San Simón
sufrieron martirio en Suanis, ciudad de Persia, donde habían trabajado como
misioneros. A San Judas le dieron muerte con una cachiporra. Por eso se le
representa con una porra sobre la cabeza. Luego, le cortaron la cabeza con un
hacha.
Trasladaron su cuerpo a Roma y sus restos se
veneran ahora en la Basílica
de San Pedro. San Judas es conocido principalmente como autor de la Carta de su nombre en el
Nuevo Testamento. Carta probablemente escrita antes de la caída de Jerusalén,
por los años 62 al 65. En ella, San Judas denuncia las herejías de aquellos
primeros tiempos y pone en guardia a los cristianos contra la seducción de las
falsas doctrinas.
Habla del juicio que amenaza a los herejes por su
mala vida y condena los criterios mundanos, la lujuria y "a quienes por
interés adulan a la gente". Anima a los cristianos a permanecer firmes en
la fe y les anuncia que surgirán falsos maestros, que se burlarán de la Religión , a quienes Dios,
en cambio, les tiene reservada la condenación.
A la soberbia de los malos contrapone la humilde
lealtad del Arcángel San Miguel. Anima a los cristianos a levantar un edificio
espiritual llevando una vida fundada en la fe, el amor a Dios, la esperanza y
la oración.
Alienta la práctica del amor al prójimo; exhorta a
los cristianos a que sean pacientes y con sus vidas virtuosas conviertan a los
herejes.
San Judas concluye su carta con una oración de
alabanza a Dios por la
Encarnación , pues por ella Jesucristo, Palabra eterna de
Dios, tomó sobre sí nuestra naturaleza humana para redimirnos.
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